Por Alejandro Aguerrebere / Alejoague@yahoo.com
?¡Ay, Jonás!? diría más de un mexicano que quiere al equipo de Houston cuando escucha esta sandunga que ha anunciado el gerente Tim Purpura, que más bien pinta como que piensan en un tiempo después.
Lo cierto es que ni Jason Jennings, ni Woody Williams han podido rendir y por ello, mejor han tenido que mercar con Dan Wheeler, que había sido rentable para la causa de la estrella estilizada. Wheeler era parte esencial de un bull pen que se ha preciado de ser fuerte: una base para aquellos años de aspiraciones reales.
Ty Wigginton (29 años) es quien llega por el Sr. Wheeler y créanme, sus números de debajo de 300 no son como para espantar a nadie, su defensiva tampoco y para colmo, sube de grado desde un equipo sin muchas oportunidades como los Tamparrayas a uno que sigue tieniendo la lupa, Astros, desde aquella serie mundial.
Bien se lee por ahí que no sólo se tenía a Mike Lamb ahora que pusieron libre a Morgan Ensberg (otro afectado por un clásico de verano), era buen momento para darle juego a la ?muchachada? del horno propio, el empuje desde las granjas espaciales. Talento habrá siempre y cuando se le pruebe en las condiciones de rendimiento a tope.
Parece que, tanto la salida de Wheeler como la forzada libertad de Ensberg, marcan una nueva era para Astros, justo en el año que se retiró Jeff Bagwell, que se retira Biggio si le llega a los golpes recibidos y que siguen sin un primer bat que haga esa chamba.
Fue muy muy muy costoso el cambio para hacerse de Jennings al soltar al Speedy Taveras y a dos muchachos con mucho futuro ?según revistas especualizadas- como Hirsh y Buchholz, ahora resta esperar si vienen del horno más hunterpences que den la fuerza como para soñar en el primer anillo de serie mundial para los de Houston.
Por todo lo anterior el título, es bueno moverse… pero pensándolo bien. Es el precio que está pagando la directiva por entrar al "gran mercado".
Híjole, hasta bolas se hace uno para encontrar qué poder decir con estos golpes de timón desde la oficina de Astros. Eso sí, ya quisiéramos ese talante en la Liga Mexicana, donde hacen exámenes antidopaje en el mismo laboratorio no reconocido por la WADA, de risa y de pena ajena, ni al vecino le cuente por favorcito.
Muchas, muchas felicidades a Cal Ripken y a Tony Gwynn, par de figurones elegidos al Salón de la Fama de Cooperstown. Caballos de hierro, regaderas de hits, muestra de la perseverancia ambos.
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