Final de alto voltaje

Se ha develado el misterio en México después de unas semifinales cargadas de dramatismo. Se enfrentarán unos Yaquis de Ciudad Obregón que parecían ungidos para llegar a dicha instancia, contra unos Venados de Mazatlán que traen esa inercia de llegar a la cuarta definición en fila, habiendo comenzado con un bicampeonato y una Serie del Caribe para su cuarto de trofeos.

Vemos a dos equipos que han desplegado una pelota de la mayor regularidad en una campaña marcada por los altibajos. Mientras Yaquis muestran al único manager sobreviviente de todo el campeonato, los Venados tienen en el quisqueyano Eddy Díaz a un timonel que parece haber llegado con una varita mágica que vino de perlas a una escuadra acostumbrada a ejecutar los básicos del beisbol, especialmente en el enero de los playoffs costeños a los cuales han mostrado sus credenciales reiteradamente los del puerto sinaloense.

Dos equipos de empaque, los cuales -así como para dar comodidad del que analiza- muestran su fortaleza línea por línea sin falla. Vaya, ambos planteles se ven completos y por ello es quizás aventurado lanzar un pronóstico previo a esta final. Si se forzara al vaticinio, puede ser que los Yaquis sonorenses se impongan en seis juegos debido al calor del hogar, pues tienen ventaja de abrir en el estadio Tomás Oroz Gaitán.

Los de la tribu en la antigua Cajeme finalmente dieron cuenta de los Tomateros de Culiacán en un séptimo encuentro que terminó con una definición relativamente cómoda, al son de cinco carreras por cero, donde los guindas no opusieron tanta resistencia, quemándose así las naves para un manager como Tim Johnson, acostumbrado a las series finales. Previo a eso, en la serie semifinal de ganadores siempre los locales, en sexto juego sí se vivió un juego cerrado que la diferencia inicial a favor de los locales se fue evaporando, para posteriormente mostrar los Yaquis ese bateo que les ha significado otra carta en su baraja ganadora, para definir el que a la postre fue la clave, porque en el séptimo se cargaron los dados sin mayor problema. El manager Homar Rojas ha sabido inyectarle armonía al plantel, de verdad es difícil señalar cuál pelotero sobresale en una pléyade que incluye a los boricuas Carlos Rivera y Jorge Padilla, al ligamayorista norteamericano Jason Botts y ese pitcheo que no se ha caído con Justin Lehr, Andrés Meza y la reciente incrustación del también big leaguer Joakim Soria, claro, sin olvidar a un Alfredo Amézaga a quien los Marlins de la Florida acaban de firmar para otro año.

Por el lado de los Venados de Mazatlán, vaya, un elenco harto conocido por la supremacía mostrada en los últimos años para este circuito invernal. Con un líder natural como el receptor guaymense Miguel Ojeda, los astados presumen la incrustación del Champion Bat en Dominicana Juan Melo, con amplia experiencia en circuito azteca. No se puede tampoco dejar de mencionar al probable nuevo ligamayorista mexicano Edgar González Sabín, quien ingresó a las listas de último momento y quien está haciendo sus ajustes para ir con todo a debutar con los Padres de San Diego en este 2008.

Pablo Ortega, Walter Silva, Óscar Bustillos y Randy Williams, son los brazos en que la pandilla roja está confiando para dominar a la tribu en esta serie de cuatro de siete donde el pitcheo será fundamental, sobre todo si consideramos que precisamente en el estadio Teodoro Mariscal del puerto de Mazatlán, los serpentineros andan a sus anchas y los batazos se cuelgan por el ambiente marítimo que se respira.

Cabe mencionar que los Venados tuvieron que pasar largas dificultades para para al fin dominar a unos Cañeros de Los Mochis bastante complicados, pues posterior a esa en apariencia cómoda ventaja de tres juegos a uno que tenían en contra estos verdes, reaccionaron violentamente con los toletes a la noche siguiente y repitieron victoria con un juegazo de tres a cero en pleno Mazatlán. Al parecer, la famosa polémica por un jonrón fantasma en el octavo rollo del cuarto juego, celebrado en los Mochis -la cual derivó en el retiro de los locales Cañeros y el consiguiente fofeit decretado por los ampayers- no mermó el ánimo de los tumbacañas, si no al contrario, despertaron indómitos, casi como Apaches del siglo XIX, al punto de que estuvieron cerca de dominar a unos Venados, quienes apenas alcanzaron a salir de una sorpresa del tamaño de un dos a cero en carreras adverso en el séptimo juego. Se escuchaban gritos de ?no la amuelen rojos? en pleno inmueble mazatleco, pero bueno, no hay entrada que no llegue, en una de esas hasta sus veladoras pusieron los Venados, para que a partir de la cuarta entrada les empezaran a sonreír esas damiselas llamadas carreras y las fueron conquistando… cuarto, quinto y sexto rollo fueron la sentencia para Los Mochis. El marcador final: 8 a 3 favor Venados y ahora sí, ¡aviéntenos a esos Yaquis presumidotes!

En un evento que, como tal, fue instaurado en la temporada 1969-1970, la serie final entre estos dos equipos muestra un antecedente en la edición 1973-1974, en la cual los Venados de Mazatlán sacaron la escoba sobre los Yaquis, para que digamos eso tan popular acá en México: ?Eso calienta? y trae aparejada una sed de revancha para estos últimos, quienes no se coronan desde la ?huelguística? 1980-1981, bajo el mando del hoy scout para Yankees de Nueva York: Lee Sigman.

Mazatlán ha desembarcado en once series finales, ganando siete de las mismas y recibiendo descalabro en cuatro ocasiones. Su marca en series finales es positiva, con 33 juegos ganados, por 28 reveses.

Por su parte, Ciudad Obregón ha llegado a la gran fiesta en 6 ediciones, en las cuales, ha levantado la mano en dos de las mismas y ha efectuado su puchero en 4 de las mismas. Su marca es inicia con las cabalísticas 13 victorias y ha mordido el polvo en 20 juegos.

Ambos equipos vienen de derrota en series finales, Mazatlán el año pasado sucumbió ante Hermosillo y Ciudad Obregón lleva dos fracasos: ante Mochis (2203) y Culiacán (2004).

Una serie como para frotarse las manos esta que está por comenzar en coordenadas del Noroeste Mexicano, ¡no se la pierda!