Alejandro Aguerrebere / especial para astrosdehouston.com
En qué momento tan intenso vino a aterrizar la fecha de entrega de esta nota, amigos astrofans. Sería relativamente fácil encasillar todo hacia la salida de un receptor como Iván “Pudge” Rodríguez significa que el equipo de Houston de plano ya lanzó la toalla, sacó la bandera blanca, dijo “hasta aquí llegamos”, cosas así de nimias las cuales ninguna organización de todas Las Grandes Ligas se debería siquiera insinuar, mucho menos permitir.
No es oficialismo decir que los Astros pierden un profesional y también un elemento que ya no estaba brindando lo que alguna vez se le vio producir. Si bien a la defensiva la bazuca que tiene en el brazo el Pudge, es un activo respetado por varios corredores, la onza que no se le pudo ver fue al ataque: no obtenía bases por bolas y que los tablazos extra bases más bien escaseaban al final de su breve estancia con los espaciales. Nadie, pero nadie, puede regatear la calidad de Iván, pero él mismo ya sabe que no tiene la misma potencia ofensiva que lo llevó a ser denominado por especialistas como “el mejor catcher de la historia” (mucho por su letal bateo) y es ahí, precisamente donde se conjugaron los caminos que lo llevaron a ser el receptor con más juegos en la historia y uno de los tres Astros en llegar a 300 batazos de cuatro esquinas en esta temporada. Este último parangón, algo que ninguna escuadra en todo el rico historial de Las Mayores había logrado. Así que la inteligencia con los arreos y la explosividad con el madero, serán elementos indispensables que lleven a Pudge hasta el olimpo beisbolero de Cooperstown, donde seguramente Iván recordará a Houston, Texas.
Con el ruidero por la firma de Stephen Strasburg para los Nacionales en el ambiente, es también conveniente mencionar esa verdadera trinchera que libró la directiva espacial a través de Ed Wade, Bobby Heck y todo el personal adscrito a ambos. ¿Porqué traemos al carísimo Strasburg a cuento? Porque viene a ser relevante que los Astros firmaron a la gran mayoría de quienes les llenaron el ojo dentro de sus elecciones en el Draft. Vaya, no hubo alharacas, manoteos, llantos falsos, y de hecho el mejor indicador es que algunos de esos muchachos no se tiraron a la hamaca con el cheque en la bolsa, no. Han sido ya asignados a desempeñ**** en variadas sucursales del equipo. Esa es una mística que han retomado unos Astros que tuvieron en los 90’s una de las mejores franquicias en cuanto a las granjas de desarrollo. Así se ve ahora de cara al 2010 que los de la estrella estilizada están tomando muy en serio el aspecto de nutrirse con el talento joven, en la vía rápida para eliminar contratos onerosos y de esa manera generar a las futuras generaciones de estrellas (Astros, claro) que traigan precisamente esa estrella estilizada como un tatuaje en el alma. Qué bárbaro, tatuaje de estrella estilizada en el alma, vaya pues, si le gusta esa expresión la comentamos, pero sí suena como un buen slogan en esta lengua de Cervantes.
Y como lo único constante es el cambio, los Astros además se han mantenido activos detectando con sus radares elementos como el joven texano Ruben (RJ) Alaniz, de quien se hablan buenas cosas. Así que, no se han quedado en un letargo los “Wade boys” pues ya habíamos mencionado la inclusión del mexicano Germán Durán, del multiposición y escritor Chris Coste. Después tomaron al relevista nativo de Louisiana, Roy Corcoran, quien también ya está tratando de retomar fuerza para regresar a la Gran Carpa, donde estuvo actuando para Seattle esta temporada y podría ser de mucha ayuda por esa experiencuia que muestra. Finalmente, la llegada de otro látigo, como Matt Nevarez, en el mencionado cambio por Pudge Rodríguez, adiciona a un elemento de 22 años con todo el futuro, el cual -según reportes- puede brindar buena relación de ponches por entrada de trabajo. Por si fuera poco, en algo que nos e menciona demasiado, el cambio con Rangers suma dos jugadores a establecer con posterioridad, uno es el pelotero de cuadro José Vallejo y la posibilidad de entrega de otro elemento desde Arlington se menciona que sería sólo si los Vigilantes hacen el playoff, el cual están en ruta de lograr. De la búsqueda de los siderales por un mascota, hablaremos posteriormente.
Por cuanto al manejador Cecil Cooper, todo un tema y parece que retumba su apellido Cooper. Una parte de la prensa -en especial el periódico Houston Chronicle-, parece insistir con tremenda incidencia que la relación de este timonel con sus dirigidos, no es la mejor: quesque está rota, que esto y que lo otro. Seamos realistas, Cooper ha hecho un papel importante con un plantel que se sabía no tenía ni la nómina, ni las potencialidades, que lograron otras franquicias con un presupuesto exagerado, caso Yankees, caso Phillies. Mucho va en el escenario nada previsible de si se te caen dos, tres abridores (cosa que sí ha sucedido), definitivamente el bull pen debe trabajar más. Y es ahí donde le achacan que si se ha sobre explotado a los brazos de relevo, que si no se han tomado las decisiones correctas para remover de la lomita a los de apertura, en fin. Una verdadera lavandería llena de chismes, porque incluso se presentó el caso de peloteros hablando con la prensa a las espaldas de la oficina, lo cual irrumpe en todo código no escrito de comportamiento para un big leaguer. Tormentas aparte, el tan criticado manager Cecil Cooper puede ser un buen elemento si se le da continuidad, aunque sea en la oficina de los Astros de Houston, organización a la cual ya viene conociendo de sobra.
Así que amigos aficionados a la divisa texana en la Liga Nacional, a la estrella estilizada que tantas estampas beisboleras nos ha regalado, la mística de ganar parece que se empieza a convertir en un elemento inamovible en la proyección espacial en un futuro que están trazando ya. La posibilidad de lograr un lugar en el playoff en este 2009 NO se ha perdido, repito, NO están fuera los Astros y la verdad que siempre vale la pena seguirlos y apoyarlos. Son los Astros de Houston.
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